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Tapiz sobre naturaleza
Pasión por la artesanía

Nelly Palacio de Diego

Empecé a tejer con 17 años, gracias a los conocimientos que aprendí de una tía mía, pasando una temporada en una finca perdida por Guadalajara sin electricidad con lo cual no había mucho que hacer. Allí me entró el gusanillo y con el antiguo marco de una puerta hice mi primer telar.

Quería aprender más y unos años después fui a Madrid para hacer un curso en un taller textil, aprendiendo nuevas técnicas, pero no estaba satisfecha del todo, yo veía los tapices clásicos y me preguntaba: ¿Cómo lo hacen?

Bastantes años después y gracias a unas jornadas de artesanía textil que se celebraron en Polaciones, Cantabria, conocí a Andrea Milde que tenía expuestos allí sus tapices, le rogué que me diera clases y al final accedió. Estuve dando clases con ella todos los miércoles durante dos años y allí sí que aprendí a hacer lo que tanto deseaba.

Este mes de octubre de 2021, me fui a Aubusson Francia, para realizar un curso de perfeccionamiento en el tejido del tapiz durante dos semanas con un total de 70 horas. Aubusson es una pequeña ciudad reconocida internacionalmente por su manufactura en tapices y alfombras y es patrimonio internacional de la Unesco. Las clases se llevaron a cabo en el Atelier A2 de France-Odil Perrin reconocida tejedora y diseñadora de tapices, mi tema en particular eran los cielos, allí aprendí además a tejer del revés, nuevos trucos para que todo quede mejor y también montar la urdimbre en un telar horizontal especial como los que se usan en Aubusson para tejer los tapices, pero para hacerse una idea nada mejor que las imágenes.

UN SABER HACER ANCESTRAL

Aprendí a trabajar con hilos muy finos combinándolos en las canillas para crear matices más ricos, aprendí a hacer degradés de colores y un nuevo mundo se abrió ante mí.

Tejer es como pintar un cuadro pero con hilos y sin espacio para el error, si te confundes tienes que deshacer.

Cada nuevo proyecto es todo un reto, primero hay que pintar el cartón de lo que será el tapiz, luego un calco con los contornos que te guiarán en la urdimbre, lo siguiente es montar la urdimbre, poner los lizos, la barra separadora y colocar todos los hilos para que estén separados de forma igualitaria, tensar bien toda la urdimbre para poder trabajar con los hilos y por último tejer una base que al final servirá de dobladillo.

Ahora estamos listos para tejer un viaje que puede llevar meses dependiendo del grosor de los hilos y de la complejidad del dibujo y del tamaño de tapiz.

La técnica es la misma que se usa hace siglos, ya que no hay otra manera de hacer un tapiz, siempre entendiendo que es algo manual, no hecho por máquinas.
Al ser un arduo trabajo, la selección de materiales es importante, yo solo uso algodón para la urdimbre, tiene que ser fuerte para aguantar la tensión y cuanto más fino, más hilos de urdimbre se pueden poner por centímetro, consiguiendo así una mayor definición de el dibujo, es como los pixeles de una cámara cuantos más mejor; también se puede usar lino.

Para tejer, yo utilizo lana 100%, la mayoría la compro en Suecia ya que tiene una gama cromática muy bonita y una calidad excepcional, también se usan hilos de lino, algodón y seda, de distintos grosores y torcidos.

  Aparte del telar tenemos las canillas que es donde se enrollan los hilos para tejer y peines pesados para asentar el tejido en la urdimbre.
Mis obras son principalmente: tapices, cojines, bolsos y cintas.

  Las cintas las hago en un telar especial llamado telar de cintas, en inglés "inkleloom", y también con otra técnica: el telar de tarjetas, técnica que se remonta a los inicios de la humanidad.
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